Las artistas Marcela Baubeau de Secondigné y su hija Sofia Moreno Uriburu presentan una muestra conjunta que fue considerada como un «encuentro de dos generaciones por la curadora María Amato, exposición desplegada en Bresson Brokers que reabre su Espacio de Arte de la mano de Dolores Valdes Art en avenida Callao 1880 del barrio porteño de Recoleta.
«Este es el encuentro de dos generaciones, madre e hija que tienen una temática común que son las ramas, los árboles y los vegetales», comentó Amato, añadió que «ellas se encuentran en un mismo estilo, figurativo y abstracto para definirlas en sentido crítico» y sostuvo que «el tratamiento de la línea tridimensional encuentra una conexión con el uso de la carbonilla del acrílico, el óleo y la tinta china».
Amato, además manifestó que «son dos artistas que, a pesar de no trabajar juntas, están influenciadas y utilizan un mismo lenguaje de expresión que son el dibujo, la pintura y la escultura y su foco de interés es en la fragilidad y en el proceso de la transformación de la naturaleza».
«Vemos a la hija, Sofía Moreno Uriburu, que trabaja la vegetación y los árboles, bosques y senderos, siempre lo que tienen en común es el dorado a la hoja» y agregó que en la exposición «tenemos cuatro carbonillas con dibujos de vegetales, plantas intervenidas siempre con el uso del dorado en la hoja».
Y después Marcela trabaja mucho la figura de la mujer, los personajes mitológicos, especialmente Elena de Troya y trabaja con la fragilidad de los animales en sus esculturas, en sus trabajos en papel vemos como los ve y cuál es la diferencia entre.
De Sofía dijo que «se centraliza más en el proceso de lo que es el florecimiento, nacimiento, marchitez y muerte de la naturaleza. Sofía lo expresa con los vegetales y este proceso que desarrolla, de los ciclos de la vida, y Marcela con la fragilidad de los animales, la belleza está en todos lados y además está en la fragilidad y en la muerte porque la muerte también es vida, la muerte tiene algo importante y valioso».
«Se pueden ver las tres obras de Marcela hechas en papel y luego aplicadas dentro de la caja de vidrio donde se ve el papel fragmentado muy trabajado en cuanto las técnicas aplicadas como el acrílico, birome, tinta, y ahi vemos como se denota la fragilidad de los animales», acotó.
En tanto, de Sofía «es importante la escultura ‘Patito feo’, que se llama así es porque nos invita con ese nido que pongo en vida con obras de la madre, a darnos cuenta y a reflexionar sobre esos tres huevos que presenta el nido mediante los tres materiales distintos, mármol negro, mármol blanco y bronce, con el fin de ver con cual de los tres nos sentimos identificados en una familia, como hija».
«Sofía invita a preguntarse con cuál de los tres huevos siento que mamá y papá, en casa, me ven cómo me ven, en el de bronce en el de mármol blanco o el negro, es un poco lo que la artista me contó viendo esta obra», comento María.
Luego explicó que como curadora quiere «transmitir lo que la artista sintió frente a esa obra, con que intención la encaró y qué sintió para crearle una historia en la cabeza al visitante de la muestra. El hilo conductor son los procesos de la vida».
Por su parte, Marcela Baubeau de Secondigné explicó que «cuando vino Sofi a decirme si quería exponer con ella en Bresson, no tuve dudas! El espacio impecable, nos llevaba a emprender la muestra todo cobro sentido, las raíces están ahí, se ven madre e hija sin confundirse y, cada una con su propio decir, pero había algo interno tan profundo que, sin pensarlo, la gente que nos visita lo percibe».
«La fusión y el respeto entre ambas, allí se encuentra, la naturaleza trabajada por Sofi y, en mi caso, aparece la imagen humana o animal, clamando justicia y respeto», contó y agregó que «el de Sofi, la naturaleza flores, plantas, raíces nos cuentan su andar, nacer, vivir y marchitarse, así se unieron las imágenes. El lenguaje plástico también se fusiona, porque ambas trajimos, dibujos, pinturas y esculturas».
En ese sentido, Marcelo añadió que «se percibe también, alegría, esperanza y mucha fuerza. El azul y los dorados aparecen en ambas. Al vernos colgadas y listas para salir al ruedo, pensé: Gracias Bresson Brokers y a Dolores Valdes Art, que privilegio poder mostrarlo con ustedes».
Por último, para la curadora, Marcela y Sofia «se unen para dar a conocer sus obras. Madre e hija se destacan por ser trabajadoras incansables del arte. Sus lenguajes de expresión son el dibujo, la pintura y la escultura. Las artistas de generaciones diferentes centran su interés en la fragilidad y el proceso de transformación de la naturaleza, ambos conceptos estrechamente ligados a sus propias etapas de la vida».
«Sus obras reflejan el devenir de la vida, el nacimiento y el florecimiento, la marchitez y la muerte inherente en todo ciclo vital. Ambas se encuentran en un estilo análogo, figurativo y abstracto y en una temática común que une árboles, ramas y raíces. La conexión en las pinturas de las artistas se da en el tratamiento de la línea tridimensional que trabajan con la carbonilla, la tinta china, la pintura acrílica, el óleo y en el uso del dorado a la hoja. Trabajan además la escultura en bronce a través de la técnica a la cera perdida acercándonos una vez más la naturaleza», finalizó.
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