La diseñadora Patricia Profumo tras los pasos de las verdaderas “Molas” Panameñas
El juego sagrado de la creatividad existió siempre en las culturas humanas, atravesando los oficios, las artesanías y las artes; tres cuestiones que muchas veces en el pasado fueron una sola cosa. Hoy el arte redescubre, en su afán de retratar un crisol de emociones, las expresiones de cientos de culturas “perdidas” ante el mundo.
En este marco de descubrimiento cultural étnico, la reconocida diseñadora Patricia Profumo, sinónimo en nuestro país de glamour y creatividad, mereció el honor de ser elegida como una suerte de “embajadora cultural”, por la Autoridad de Turismo de Panamá y por Héctor Aparicio de la Embajada de Panamá en Argentina, para mostrar al mundo la preciada “Mola” Panameña. Se trata de una compleja, exquisita y preciada artesanía de tela que por generaciones el pueblo originario “Kuna” de Panamá conservó con toda su vitalidad y frescura. Este tesoro, exclusivo de los ancentrales “Kunas” panameños, es una verdadera composición de telas que retrata diferentes imágenes de la vida y sentir del pueblo “Kuna” panameño.
En palabras de la diseñadora de alta costura Patricia Profumo
“…..He estudiado cada mola, con sus diferentes matices y colores, con lo que cada una de ellas transmite al espítitu... y conmueven... Este arte que merece ser conocido y que siento en el corazón la alegría y el honor de ser elegida para transportarlo al mundo de la alta costura... hacerlo conocer, como lo merece, en las mas altas esferas, en las pasarelas del mundo. Creo que en el marco de los ciclos Fashion Week, en las ciudades mas importantes de nuestro planeta, este proyecto mostrará el arte “Kuna” de las “Molas panameñas” para asi poder compartir con el mundo la emoción, la alegría, la magia y la seducción que yo sentí al descubrirlas”.
Un viaje a la magia
La llegada de Patricia Profumo a Panamá se vio rodeada desde el principio de buenos augurios. En Ciudad de Panamá la recbió la primera noche un verdadero “embajador del deporte” panameño como es el mítico boxeador Roberto “Manos de Piedra” Durán quien le deseo suerte en su inminente ingreso a la comarca “Kuna”. También, y con todo el honor que esto implica, Patricia Profumo y la comitiva de periodistas fue recibida nada menos que por el presidente de la República de Panamá, Ricardo Martinelli, quien le brindó una recepción especial en la paradisíaca isla “Perro” dependiente de la Nación “Kuna”. Alli se habló, entre otros temas, de las “molas panameñas” y del orgullo que ellas implican para la región.
Finalmente la visita al pueblo principal de la nación “Kuna” fue una invitación a soñar, a la magia de un pueblo originario muy tradicionalista que conserva aun toda la pureza su ambiente natural paradisíaco y preserva con pasión cada detalle de su cultura original. La recepción con todas las pompas ancestrales estuvo a cargo de Tonio Martinez, el honorable diputado representante del pueblo “Kuna” en el congreso de Panamá.
En este marco étnico sin precedentes, donde se respira paz y toda la calidez inigualable del caribe, fue donde Patricia Profumo y la comitiva de periodistas puedieron empezar a conocer el trabajo de las mujeres “Kuna” y sus increíbles molas. La diseñadora consultó cada detalle de confección y se maravilló con cada uno de ellos, una veces sorprendida y otras realmente enbelezada con esta mágica combinación de telas, tradiciones, historia y sueños que suele sintetizar cada “Mola” confeccionada con amor panameño.
Un hasta pronto
La despedida de este paraiso fue en realidad un hasta pronto ya que indicó el inicio de un trabajo extenso pero envuelto en la pasión que rodea todo lo que hace Patricia Profumo; llevar las “Molas” al mundo de la moda internacional y poner en perspectiva la maravilla del trabajo artesanal y ancestral que ellas encierran. Compartir con el mundo la emoción de ver fluir de estas verdaderas obras de arte la alegría y la pasión por la naturaleza que transmite cada ser vivo plasmado en ellas. Peces, tortugas, pájaros y estrellas son solo algunos de los motivos retratados, pero todos y cada uno de ellos, como el amor, entran en nuestros ojos para quedarse, por siempre, en nuestro corazón.
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