El jueves 7 de Noviembre a las 19 hs se inaugura la muestra Lazy del artista Ramiro Smith Estrada.
El título Lazy que Ramiro Smith Estrada elige para esta nueva serie de pinturas y linografías alude no sólo a la momentánea, arbitraria pereza ficcional de quien protagoniza la escena en un relax amodorrado, que se infiere a partir de la acomodada postura física, y de la plácida domesticidad de las situaciones, acciones y relaciones con los objetos que tiene a mano. Parece también haragán el punto de vista adoptado por Smith Estrada para elaborar esta suerte de suite de autorretratos figurales antes que fisionómicos, construyendo una primera persona gráfica confinada casi invariablemente en un único encuadre, donde el que habla es el pintor, y en la que se describe holgazaneando. Una nueva coincidencia retórica entre persona y personaje que se confirma apenas cometemos la infidencia de citar lo que el propio artista confiesa, cuando dice que, en un momento, aburrido, sin saber no sólo qué dibujar sino qué hacer, “empecé a dibujar básicamente lo que veía. Miré para abajo y dibujé lo que estaba sucediendo con mis manos, mis piernas, mi ropa, etc.”
Esta comodidad para salir del atolladero creativo mirándose literalmente el ombligo no lo es tanto si nos atenemos a los riesgos que trae aparejados, como serían los de la autorreferencia y la demagogia, por no hablar de la reiteración. Smith Estrada los elude aprovechando virtudes y apelando a estrategias. Su arquitectura lineal, por ejemplo, es atenta, precisa, sólida y elegante, nada ociosa, como sucede con esa ‟fiebre del apunte” que a veces parece aquejar a quién decide mostrarse, digamos, espontáneamente. La presunta verdad del registro primario implícita en la premura del boceto es reemplazada aquí por la pausada veracidad de quien estudia en aplicada síntesis su propio torso y extremidades con una equilibrada economía naturalista. En ese aspecto, y gracias a la delicada modulación de la línea, la suite funciona como debe ser: lo que es siempre semejante nos parece siempre diferente.
También aporta a la variación el modo de empleo del color, sin modulación de pincelada, extendido eficazmente en planos netos, no volumétricos, y concentrado en ricas tramas ornamentales para resolver los fondos rebatidos con escasa o nula apelación a la geometría espacial o a la perspectiva, lo cual convierte al cuadro en una sectorización de segmentos que indistintamente se unen y repelen en un efecto de raro contrapunto vibratorio de superficie. La referencia a la visualidad del “pop” es casi inevitable, y se justifica no sólo por la ideología cromática del artista sino por la manera en que aprovecha la objetualidad. Así, el paquete de cigarrillos, las zapatillas, el remedio del asma, el encendedor, el control remoto, la lata de cerveza, anclan la empatía de un espectador que se siente parte de la misma tribu, poniendo consecuentemente en cuestión una vez más la jerarquía de la subjetividad, aún cuando Smith Estrada los define como “objetos narrativos con una historia particular, que algunos cercanos a mi círculo comprenderán y otros no”. De esa tensión entre la supervivencia de los rituales y fetiches individuales y la sospecha de que la sociedad que presume de diversidad es en realidad una poderosa maquinaria de unificación parece nutrirse el programa de Smith Estrada, más aún cuando entre los objetos que dice que lo rodean aparece un libro clave, y emblemático. Se trata de La conjura de los necios (A Confederancy of Dunces, en su idioma original), la novela del genial paranoico John Kennedy Toole, donde se narran las desventuras de Ignatius J. Reilly, un misántropo obeso y ermitaño, el cual Kennedy Toole construyó en parte, se dice, como un espejo de sí mismo. Eduardo Stupía, Octubre 2013.
Biografía: Ramiro Smith Estrada, Mar del Plata, 1984. Vive y trabaja en Buenos Aires. Comenzó
sus estudios de Grabado en la Universidad del Museo Social Argentino en el año 2007 donde
actualmente se encuentra finalizando la carrera de Artes Visuales. Estudió con los maestros Valeria
Adrover, Lucreia Orloff, Eduardo Iglesias Brickles, Maria Inés Tapia Vera y Raúl Ballester. Expuso
sus trabajos en diferentes espacios de arte participando de diversas muestras colectivas con
diferentes curadores. En el año 2010 y 2013 queda seleccionado en el Salón Nacional de Grabado
y en el 2012 seleccionado en el Premio Williams.
La muestra permanecerá abierta hasta el día 30 de noviembre de 2013.
Galería Sandiego
Martes a Viernes de 14 a 19 hs.
Sábados de 13 a 16 hs.
Tucumán 843 1ºB
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