La obra «El óvulo», con dramaturgia de Carolina Sturla y las actuaciones de Victoria Raposo, Silvina Chamadoira, Sofía Almuina, Cristian Sabaz, Franco Camilato, inició su segunda temporada en El Camarín de la Musas, de Mario Bravo 960 de Buenos Aires, según informaron las encargadas de prensa Analía Cobas (analiacobas@gmail.com) y Cecilia Dellatorre (pnlp83@gmail.com).
Una mujer que quiere desesperadamente quedar embarazada. Una familia atravesada por ese deseo que no se cumple. Una pareja quebrada frente a años de intentar y no conseguirlo. Una madre dispuesta a todo por ver a su hija feliz. Una última oportunidad mediante la donación de óvulos. Y, una pregunta, ¿hasta dónde llegar por conseguir ese deseo?
«Me llamó la autora con un borrador del texto y supe que debía dirigir la obra», dijo la directora Graciela Pereyra y acotó que «en la primera lectura me emocioné, la maternidad, fue mi elección desde mi adolescencia y es un tema que me convoca permanentemente. No está sujeto a la maternidad convencional, sino a todas sus formas.
La ciencia ha proporcionado posibilidades inimaginables y es una manera de poner el tema sobre la mesa. Abre debates, convoca, genera emociones.
Fue largo el proceso, pero con la certeza de estar aportando una mirada que constituye una opción más en el abanico de posibilidades hacia la construcción de la maternidad.» cuenta la directora Graciela Pereyra.
Además, la obra examina los límites del deseo humano. ¿Hasta dónde somos capaces de llegar en nuestra búsqueda de satisfacción y realización personal? Se introduce el papel de la tecnología como un facilitador de nuestros anhelos, pero también como un elemento que puede tener consecuencias no previstas.
El óvulo gira en torno a los profundos deseos y las dolorosas luchas de una mujer que anhela desesperadamente convertirse en madre.
Este deseo no solo la consume a ella, sino que también afecta profundamente a su familia y a su relación de pareja. A lo largo de años de intentos fallidos, la pareja se va desgastando, enfrentándose a la frustración y el dolor que implica cada intento infructuoso.
La madre de la mujer, viendo el sufrimiento de su hija, se siente impotente pero decidida a hacer todo lo posible para aliviar su dolor y ayudarla a cumplir su sueño. Esta determinación la lleva a considerar opciones que anteriormente parecían inimaginables, como la donación de óvulos.
Con la esperanza de una última oportunidad, la familia se enfrenta a decisiones difíciles y a dilemas éticos profundos en las que se ven todos involucrados.
Con dramaturgia de Carolina Sturla, actuaciones de Victoria Raposo, Silvina Chamadoira, Sofía Almuina, Cristian Sabaz, Franco Camilato, producción de Graciela Pereyra, música original de Martín Bianchedi, con el vestuario y la escenografía de Pereyra, el diseño e iluminación es Víctor Chacon, la asistencia de Isabella Camillato y la prensa es de Más Prensa – Cecilia Dellatorre y Analia Cobas, con diseño gráfico de Giselle Juan y dirección de Pereyra.
Graciela Pereyra, la directora, productora y el vestuario e iluminación, a fines de los 80, cursó los primeros dos años de su formación en el conservatorio nacional. Posteriormente, estudió con destacados maestros como Alesso, Brisky y Franklin Caicedo, y asistió a varios seminarios de actuación impartidos por Pavlovsky entre otros.
Sin embargo, las clases que marcaron definitivamente su carrera fueron las que tomó con Julio Chávez, su gran maestro, quien la animó a dedicarse a la dirección.
Además de su formación en actuación, estudió escenografía, diseño, dramaturgia, guion, formación que completó con estudios en diseño de iluminación. A lo largo de su carrera, ha dirigido una veintena de obras tanto en el circuito independiente como en el oficial. La web es: @elovulo.obrateatral.
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