Argentina Fashion Week, la semana de la moda más importante, presentó las últimas colecciones de prestigiosos diseñadores en Palacio Paz, en Buenos Aires.
Contó con la dirección general y supervisión en cada detalle del productor y organizador Hector Vidal Rivas, que desde hace 26 años es líder en esta pasarela de lujo.
Vidal Rivas Producciones produce Argentina Fashion Week que es reconocida por la World Fashion Organization, World Fashion Week y Latino Fashion Week .
Durante una semana, la moda vive su gran evento en Palacio Paz, con la participación de grandes diseñadores entre quienes se destacan Benito Fernández, Gustavo Pucheta, Jorge Rey, Adriana Costantini, Ana Kapla y Nuria Bueno, entre otros.
Gustavo Pucheta llevó una colección donde el maximalismo tuvo su máxima expresión. El dramatismo de la puesta en escena, se destaca en los volúmenes, los maxi tapados oversize, las mangas interminables y los accesorios XXL que coronan estas increíbles piezas.
El diseñador mostró una síntesis de la apuesta conceptual del diseñador donde el dramatismo es el protagonista absoluto. Las texturas y las formas se apoyan en una paleta neutra con detalles en dorado.
El establecimiento de General Rodríguez, gran productor de caballos y cada vez más exitoso en lo deportivo, conquistó por tercera vez el Campeonato Nacional; Matías, de 18 años, fue la figura
Para disfrutar a lo grande hay que saber sufrir. Ése es un legado bien transmitido de generación en generación entre los Mac Donough y por ello disfrutaron que La Irenita se quedara una vez más con la Copa Republica Argentina, el tradicional y más importante trofeo que se disputa en esta etapa del año en la Argentina.
El equipo integrado por Mateo Sánchez Herrero, Tomás Delfino, Federico Panzillo y Matías Mac Donough (h.) era el de menor valorización, con 11 goles, en la rueda final del Campeonato Nacional Intercircuitos, jugada en Buenos Aires. Eso implicaba empezar los partidos disfrutando de ventaja pero luego ir viendo que esa diferencia se reducía en el tanteador, a medida que llegaban los tantos de los adversarios. Un desafío psíquico.
Con siete goles de luz inicial esta vez, afrontó la final en Palermo contra La Chavita, integrado por Joaquín Pittaluga, de frecuente presencia en la Triple Corona, y Gastón Bardengo, Franco Veronesi e Ignacio Acuña. Pasó lo esperable: la diferencia fue acortándose rápidamente. De hecho, La Irenita marcó su primer gol recién en el tercer chukker, y ya en el cuarto el partido estaba equilibrado, 9-9. Pero de a poco el equipo de jóvenes, que descansó en los palenques más cercanos al tablero de la cancha 2, se plantó mejor. E hizo más: conservó la paridad (11-11 y 13-13) y luego ganó espectacularmente, con un gol de oro de “Vizcacha” Mac Donough, el mejor jugador de la final, en un período suplementario.
La euforia se hizo sentir en el puñado de familiares y amigos que alentaron desde un costado de la tribuna principal. No era como para menos. Después de 20 años, La Irenita volvía a conquistar con 100% de protagonismo la Copa Republica Argentina. En 2002 lo hizo conformado por Pablo Mac Donough, Ignacio Heguy, Juan José Brané y Carlos Reyes Terrabusi. Y en 2017 compartió con otro club, San Francisco de Asís, la victoria en la que fue fundamental Matías Mac Donough, el papá de este chico.
“Es muy importante haber ganado esta copa, que mi familia había ganado dos veces y que La Irenita disputa siempre. Mi viejo me dijo que me equivocara todo lo que necesitara y que le diera para adelante”, comentó Matías Mac Donough (h.), que con 18 años ya sabe lo que es ganar un campeonato en La Catedral. De tan contento, se animó a señalar al logro como un vaticinio, un poco en chiste, de que La Irenita hará historia en La Catedral también a fin de año, en el Argentino Abierto, con el regreso de su tío Pablo, multicampeón en La Dolfina y que tuvo una temporada de transición en RS Murus Sanctus. “¡Era hora de que volviera ese HDP!”, bromeó Vizcacha. “Creo que es una buena señal que La Irenita haya comenzado el año ganando acá, si bien no sé qué puede llegar a pasar en el Abierto”, sostuvo el adolescente.
Su padre, hermano de Pablo, fue el director técnico esta vez. Y emocionado contó que les había propuesto incluir algún jugador experimentado en la formación, pero los chicos desistieron porque querían jugar los cuatro juntos. “Lo festejo igual o más que jugando, porque desde afuera se sufre mucho. Es increíble esto, con los chicos jugando con caballos nuestros. Es un torneo muy importante para nosotros”, dijo quien no olvidó mencionar a su padre, el recordado Jorge Mac Donough: “Se lo dedicamos a mi viejo, que murió hace cuatro años, durante una Copa Republica. Él siempre le tuvo respeto y gran admiración a este torneo”.
Varias generaciones de Mac Donough representadas por un mismo nombre. Y enalteciéndose mutuamente con el certamen más federal del polo.
En la tarde del martes se realizó una función VIP de la película Competencia Oficial, que se estrenará en Argentina el próximo 25 de marzo. El film dirigido por los argentinos Gastón Duprat y por Mariano Cohn. La película cuenta con los papeles protagónicos de Antonio Banderas, Penélope Cruz y Oscar Martínez.
Esta premier reunió a distintos famosos en el Cinépolis Recoleta, quienes llegaron con familiares y amigos para pasar una noche pochoclera viendo a Penélope Cruz, Antonio Banderas y Oscar Martínez.
La China Suárez fue una de las celebrities que arribó acompañada de su fiel amigo, el productor Marcelo “Mancha” Latorre. Antes de ingresar a ver la función, la actriz se compró una gran bolsa de pochoclos, una gaseosa y unos nachos con cheddar.
Actualmente es » la reina que viste de Zara» pero en el pasado era una joven plebeya latinoamericana que residía en Estados Unidos.
Máxima Zorreguieta Cerruti nació en Buenos Aires el 17 de marzo de 1971, creció en el barrio porteño de Recoleta.
Su padre, José Zorreguieta, fue el secretario de Agricultura y Ganadería durante los años del proceso militar, lo que le produjo ciertos inconvenientes a la reina consorte en la corte Holandesa.
Máxima es la mayor de cuatro hermanos, tuvieron una infancia feliz, de pequeña era bastante parlanchina y revoltosa. Era aficionada a la repostería y el esquí.
Su madre, Maria del Carmen Cerruti Carricart, solía controlar su alimentación y obligarle a realizar deportes para que no subiera de peso. Está situación llevó a Máxima y sus hermanas a padecer anorexia.
Con el correr del tiempo, se destacó su brillante carrera en el campo de la economía. Se recibió en la Universidad Católica Argentina.
La reina Máxima fue profesora de inglés y matemáticas de niños y adultos, pero el verdadero éxito de su carrera llego cuando se mudó a Nueva York para ser Vicepresidente del Departamento de Ventas Instituciones en América Latina del HSBC James Capel Inc.
En 1999 cambió su lugar de empleo al «Deutsche Bank», pero mantuvo su puesto de Vicepresidente del Departamento de Ventas Instituciones en América Latina.
Su historia de amor con el príncipe Guillermo Alejandro comenzó en la «Feria de Sevilla» en el año 1999, dónde una amiga en común los presentó.
Asistieron por separado y sin buscar el amor. Ella con 28 años, en ese entonces bailaba enfundada en un vestido de gitana. La bella ejecutiva no se percató de que el príncipe de Holanda la miraba embobado.
Cuando los presentaron enseguida comenzaron a conversar y se pusieron a bailar, ahí fue que se encendió la llama del amor.
Al principio mantuvieron su relación en secreto. Y cuando estuvieron seguros blanquearon su relación ante la entonces reina Beatriz, que aceptó a Máxima de inmediato.
Después de oficializar su relación con el príncipe, tuvo que aceptar varias responsabilidades, como familiarizarse y ponerse a tono con la cultura holandesa, las tradiciones y protocolos de la Casa Real, de la cuál sería miembro cuando se casara con Guillermo.
El pueblo Holandés la aceptó con alegría, siempre que la nombraban, eran puros elogios: ubicada, respetuosa del protocolo, humilde y transparente.
En 2002, tuvo lugar una vida de ensueño. El pueblo salió a las calles a celebrar con banderines y guirnaldas de color naranja.
Mientras tanto en Argentina, la boda se siguió paso a paso por los medios periodísticos, con la audiencia muy atenta a todos los detalles.
Durante la boda, los novios no paraban de sonreír y de cruzar miradas cómplices que desbordaban amor, incluso pasaron un poco por alto el protocolo.
Cuando llegó el momento del clásico «puede besar a la novia», sellaron su amor, no solo con un beso, sino con varios. Haciendo notar el estilo de los mandatarios, su calidez, espontaneidad y transparencia.